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SM


Mujeres, Lesbianas, Femeninas pero sin identidad

martes, 9 de diciembre de 2008 by SM

En el mundo gay es ya abiertamente conocido el término “Oso” para referirnos a un tipo de hombre homosexual que rechaza la depilación, la pluma y el culto al cuerpo. Es un modo de vida que rechaza la feminidad desmesurada en su comportamiento de hombre gay.

Los Osos existen, nos referimos a ellos como Osos, ellos se sienten Osos. Hay bares de osos, webs de osos, productos para osos, tiendas de osos, Misster Oso (no es broma)….Ahora hagamos una cosa, traslademos esa idea a las mujeres. Imaginemos una lesbiana que rechaza la masculinidad en su comportamiento como mujer homosexual. Que no le gustan las mujeres masculinas, como al oso no le gustan los hombres femeninos .¿Cómo se llaman? ¿Dónde están sus tiendas? ¿Cuáles son sus webs? ¿Por qué razón no tienen identidad? A mí se me ocurre una respuesta: no están definidas porque aun no lo ha hecho el mercado y la publicidad, quienes marcan nuestros estilos de vida.

Vía : Yo mujer

Hombres y mujeres, ¡no pensamos igual!

domingo, 7 de diciembre de 2008 by SM



Un error muy común en el que solemos caer las mujeres es pensar en los hombres desde nuestra perspectiva, para entender qué piensan o descifrar actitudes que, a nuestro juicio, son poco claras. También, muchos hombres creen que es una tarea prácticamente imposible entender a las mujeres… ¡igual es mucho lo que se puede lograr para mejorar la comunicación con el sexo opuesto!

Desde pequeños, a niños y a niñas los crían de maneras muy diferentes. Las niñas juegan con muñecas, a ser madres, a cambiar pañales y a soñar con el príncipe azul que traerá la felicidad completa a nuestra vida, el día que nos casemos. Crecen soñando con el vestido blanco y con una boda que traerá la felicidad eterna.

Los varones juegan a la pelota y aprenden a dar patadas (generalmente innecesarias) y a recibirlas. A ser rudos y a aguantar el dolor para no expresarlo ante ninguna circunstancia. ¡No deben llorar nunca! Expresar sus sentimientos, lo menos posible.

A esta diferencia básica de la infancia, se le suma la diferencia de roles en la sociedad (y en la familia que crean) cuando grandes. Esto es algo que va cambiando en ciertos sectores, pero muy paulatinamente. Hay culturas (u hombres de estas culturas que piensan así) en las cuales aún no está muy bien visto que una mujer acceda a un puesto muy importante en una compañía o tenga amigos varones, por ejemplo.

Cabe destacar, entonces, que tratar de pensar en un hombre desde la óptica de una mujer puede resultar infructuoso. Claro que cada hombre tiene su peculiaridad. En mayor o menor grado, los hay sensibles, respetuosos, considerados, conectados con sus emociones, expresivos, compañeros. Pero atribuirles pensamientos o actitudes “femeninas” porque son moneda corriente para nosotras, esperar que ellos reaccionen de manera similar ante una circunstancia dada o que comprendan nuestra emotividad, sólo porque la expresamos, es, en la gran mayoría de los casos, pedirle peras al olmo.

Asimismo, los hombres dicen que es difícil entender a las mujeres, mientras nosotras nos quejamos de que no comprenden nuestra problemática o nuestros sentimientos - es que lo analizan desde su propia realidad, con otra percepción de las cosas, muy diferentes a la nuestra.

Para que el sexo opuesto nos entienda, expliquemos claramente qué nos pasa, de una manera que puedan comprender. El código interno de hombres y mujeres es diferente. La manera de decodificar la información que les brindamos, también. Hablemos con claridad y no supongamos que les sucede o piensan lo mismo, porque las vivencias pasadas que tuvimos son diferentes, y el lenguaje (interno y externo), también.

¡Es bien posible lograr comunicarse y un entendimiento cabal con el sexo opuesto! Depende de tu inteligencia…

Vía : Mejora Emocional

A la cama con tu mejor amigo

viernes, 5 de diciembre de 2008 by SM

No siempre el mejor amigo varón es gay. La mayoría son heterosexuales y seguramente reconocemos en ellos virtudes físicas y de las otras que los convierten en personas atractivas, interesantes. Por eso los frecuentamos y los queremos. Por eso son nuestros amigos. ¿Pero qué pasa cuando la cabeza se rinde ante el llamado del cuerpo y por esas cosas de la vida, estrechamos lazos en cuerpo y mente y amanecemos juntos sin ropa interior? ¿Hay retorno?

Sofía N. tenía un grupo de amigos desde el secundario. A diferencia de otros grupos, el de ellos nunca se había "contaminado" con noviazgos internos. Otro dato poco común: siempre habían aceptado de buena gana la incorporación de los novios y novias ocasionales de sus integrantes. "No somos celosos", decían a los recién llegados a la hora de las bienvenidas.

Un verano decidieron salir juntos de vacaciones. Las cabañas eran mixtas, nada de los chicos por acá, las chicas por allá. Se conocían desde hacía tanto tiempo que algunos pudores ya se habían vuelto invisibles. Además, qué tenía de malo compartir una noche de sillón cama con una amiga en traje de baño, si no sólo la conocíamos desde hacía más de una década, sino que la habíamos visto durante todo el día, con el mismo bikini, en la playa.

Sin embargo, en medio de la noche, Sofia N. y su compañero de sueños, se despertaron en simultáneo. Se habían dormido hombro contra hombro mirando televisión y con las horas, sus cuerpos ya se habían acomodado en forma horizontal. Ella se levantó y fue hacia la cocina a buscar un vaso de agua. A pedido, le trajo un durazno de la heladera. Cruzaron un par de frases sueltas, algún que otro mordisco del mismo durazno, y volvieron a acostarse. Pero esta vez los cuerpos se incomodaron bajo las sábanas, y en medio del juego por encontrar la pose perfecta, empezaron a sentirse.

No hubo tiempo para pensar, estaban muy cerca. Y confiados en el cansancio del resto del grupo, hicieron el amor en silencio.

A la mañana siguiente sólo cruzaron alguna que otra mirada en el desayuno y se evitaron el resto del día. Al caer la tarde, todo el grupo creía que habían peleado por alguna pavada (si siempre andaban secreteando, cómo podía ser que ni se hablaran), y los animaba a reconciliarse. Nadie podía imaginar que entre ellos no había vuelta atrás: la historia ya no sería la misma.

¿Cambió la relación con tu amigo después de tener sexo ocasional?

Vía : Blog Mujer Yahoo