Para mí, vivir intensamente es:
Dar el 100%, en todo lo que hagamos, siempre que sea posible. No quedarnos en medias tintas ni en colores grises: si ofrecemos lo mejor de nosotras mismos y nos esforzamos con un objetivo determinado, seguramente tendremos éxito, a su debido momento.
Mantener una actitud positiva ante lo que nos suceda. Ser optimista es sano. Se puede ser realista , no vivir de ilusiones o de ideas imposibles, y a la vez creer que puede y va a suceder lo mejor para nosotros.
Reconocer el éxito y los talentos personales, y festejarlos. Hacer lo mismo con los logros y los talentos de los demás, valorarlos y alentarlos, ¡lo que veo fuera de mí es un indicador de que yo también puedo lograr lo que tanto deseo!
Disfrutar las pequeñas cosas. Todos los días, hay algo para disfrutar: el amanecer, la amistad, un abrazo, un llamado telefónico, un chocolate o algo que te parezca delicioso, la naturaleza.
Aceptar responsabilidad por lo que hicimos y por lo que no hicimos. Aceptar es querernos, entendernos, darnos cuenta de que no somos perfectos y de que todos los días tenemos cosas para mejorar y cambiar, para sentirnos mejor con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Compartir. Darle a alguien algo que precisa, que puede no ser, necesariamente, material (por ejemplo, nuestro tiempo, nuestro consejo o nuestra compañía).
Saber que todas mis actitudes del pasado son el resultado de mi presente, por lo que tengo la capacidad y el poder de decidir y de diseñar hoy, cómo será mi futuro.
Vía : Blog de Merlina Meiler
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